El pasado mes de septiembre, el periódico La Razón denunció mediannte un artículo, que a continuación os mostramos, el retraso en el diagnóstico del trastorno bipolar en la infancia.
Hasta tres años de espera para el diagnóstico del trastorno bipolar en niños
El 25 por ciento de los casos de trastorno bipolar en edad pediátrica en España sufre un retraso en el diagnóstico que supera los tres años, según se desprende de un estudio realizado por el Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la Clínica Universidad de Navarra, en colaboración con la Unidad de Psicofarmacología Pediátrica del Hospital General de Massachusetts de la Universidad de Harvard (Boston, Estados Unidos). En el 75 por ciento restante de los casos, la demora ronda los 18 meses.
La doctora Inmaculada Escamilla Canales, especialista de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, señaló que el origen del estudio fue fruto del "desfase existente" entre Estados Unidos y Europa sobre la prevalencia y el diagnóstico del trastorno bipolar en niños y adolescentes. "Llegamos a la conclusión de que en Europa se estaba infradiagnosticando la enfermedad en la mayoría de los casos. Se diagnosticaba tarde o de forma errónea, circunstancia que influye negativamente en la respuesta al tratamiento", detalla en un comunicado. A la hora de llevar a cabo este estudio, se tomó una muestra de 38 niños y niñas diagnosticados de enfermedad bipolar en la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra, durante un periodo de seis años, y se analizaron qué síntomas estaban presentes antes y en el momento del diagnóstico, así como los antecedentes psiquiátricos familiares, los tratamientos que habían recibido o el rendimiento escolar, entre otros factores", según Escamilla. La edad media en el momento del diagnóstico fue de 13,9 años, especifica la experta, que añade que el estudio reveló que un 25 por ciento de los pacientes son diagnosticados en los primeros siete meses desde que se manifiestan los síntomas del trastorno.
En un 50 por ciento de los casos, el plazo hasta lograr una valoración correcta se sitúa entre los 18 meses y los tres años y cuatro meses. Este retraso supera los tres años y cuatro meses en el 25 por ciento restante.
Antes del dictamen médico definitivo, "los pacientes eran diagnosticados de múltiples trastornos, hasta cuatro diferentes en el 14 por ciento de los casos" como trastorno de conducta, déficit por atención e hiperactividad y depresión. Asimismo, el 92 por ciento de los pacientes diagnosticados presentaba otros trastornos psiquiátricos asociados, como el déficit de atención e hiperactividad (21%) y el derivado del consumo de sustancias (18%). Por ello, tanto el retraso como el diagnóstico erróneo de la enfermedad bipolar pediátrica, repercute en los cambios de conducta de los pacientes que suelen sufrir irritabilidad, así como episodios de euforia y expansividad.
Además de la doctora Escamilla, la realización de este estudio contó con la participación de los doctores Cesar Soutullo Esperón, Pilar Gamazo Garrán y Ana Figueroa Quintana, de la Universidad de Navarra; junto con Janet Wozniak y Joseph Biederman, especialistas de la Unidad de Psicofarmacología Pediátrica del Hospital de Massachusetts.
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