Otra película que merece la pena volver a ver en estas fiestas de Navidad es la entrañable película de Roberto Benigni, La vida es bella, rodada en 1998.
El argumento
El argumento del film se centra en Guido, un hombre italiano descendiente de judíos, que vive en la ciudad italiana de Arezzo en el año 1939. La película se ambienta en el período de la Segunda Guerra Mundial cuando está en el poder el fascismo y el antisemitismo que está creciendo cada día más. Guido se enamora y después se casa con Dora, la ex-novia de un oficial fascista. Con ella tendrá un hijo llamado Josué.
Sin embargo, la felicidad de esta familia dura poco porque Guido, su tío y Josué son deportados a un campo de concentración nazi. Dora, que no fue llamada para subirse al tren que conduce al campo, se introduce voluntariamente en él con lo que toda la familia acabará en dicho campo. Allí Guido hace creer a su hijo Josué que todo se trata de un juego en el que sólo ganará si no se deja ver por los "gruñones" guardias alemanes. Cada día inventa nuevos juegos para su hijo y utiliza toda su imaginación para salvar la vida de Josué y que este no vea lo que está pasando. El niño, tentado por el tanque que, según su padre, se llevará el ganador, vive el holocausto como un juego, sin darse cuenta de las barbaridades que ocurren a su alrededor, todo ello gracias al ingenio de Guido.
El argumento del film se centra en Guido, un hombre italiano descendiente de judíos, que vive en la ciudad italiana de Arezzo en el año 1939. La película se ambienta en el período de la Segunda Guerra Mundial cuando está en el poder el fascismo y el antisemitismo que está creciendo cada día más. Guido se enamora y después se casa con Dora, la ex-novia de un oficial fascista. Con ella tendrá un hijo llamado Josué.
Sin embargo, la felicidad de esta familia dura poco porque Guido, su tío y Josué son deportados a un campo de concentración nazi. Dora, que no fue llamada para subirse al tren que conduce al campo, se introduce voluntariamente en él con lo que toda la familia acabará en dicho campo. Allí Guido hace creer a su hijo Josué que todo se trata de un juego en el que sólo ganará si no se deja ver por los "gruñones" guardias alemanes. Cada día inventa nuevos juegos para su hijo y utiliza toda su imaginación para salvar la vida de Josué y que este no vea lo que está pasando. El niño, tentado por el tanque que, según su padre, se llevará el ganador, vive el holocausto como un juego, sin darse cuenta de las barbaridades que ocurren a su alrededor, todo ello gracias al ingenio de Guido.
Una sencilla historia que no es fácil de contar
Sin duda una obra maestra de visión imprescindible sobre todo para los que ven la botella medio vacía. Es uno de los más grandes alegatos jamás filmados contra el racismo, una crítica social desconcertante que hará reflexionar entre risas, consiguiendo Benigni sobradamente su objetivo de demostrar que, hasta en los momentos de mayor dolor y opresión, la vida sigue siendo bella.
Fuente: wikipedia.org /filasiete.com
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